Comparativa del dolor en los controles mamográficos en pacientes con antecedentes familiares de cáncer de mama y pacientes con antecedentes quirúrgicos de cáncer de mama.

18/05/2020

Artículo original: Nelson, D.J.; England, A.; Cheptoo, M.; Mercer, C.E. A comparative study of pain experienced during succesive mammography examinations in patients with a family history of breast cancer and those who have had breast cancer surgery. Radiography. 2020;26(1):76-81.

DOI: https://doi.org/10.1016/j.radi.2019.08.007

Sociedad: The Society and College of Radiographers @RadiographyJour

Palabras clave: mammography, breast cancer, pain.

Abreviaturas y acrónimos utilizados: FH (antecedentes familiares), FU (seguimiento), BI-RADS (sistema de datos e informes de imagen mamográfica).

Línea editorial del número: Radiography es la revista oficial de la Society and College of Radiographers and the European Federation of Radiographer Societies. Está dirigida principalmente a investigadores, profesionales de la radiología, profesores y estudiantes. Este número presenta varios artículos originales de temática diversa como un estudio australiano de estrategias de inmovilización para exámenes en radiología pediátrica, aunque la temática más recurrente es la educación, el técnico es el principal protagonista en la mayoría, como por ejemplo en este artículo que habla de la experiencia y percepciones de los técnicos en el rol de realizar informes de trauma, y finalmente un artículo sobre la experiencia en el control de calidad de unos técnicos en hospitales públicos en Sudáfrica.

Motivos para la selección: El dolor que puede causar una mamografía puede llegar a disuadir a algunas mujeres de asistir a la revisión mamográfica. Este estudio nos da a conocer algunos datos que nos serán de utilidad en nuestro día a día en el servicio de radiología mamaria.

Resumen: Actualmente, la mamografía sigue siendo el método más efectivo para la detección del cáncer de mama en mujeres mayores de 40 años. La calidad de la mamografía depende de una compresión adecuada. El dolor causado por la compresión es un hecho bien conocido y en ocasiones puede desanimar a participar en la realización de mamografías de seguimiento.

El objetivo de este estudio fue evaluar el dolor relacionado con la realización de la mamografía en dos grupos de mujeres sometidas a controles periódicos y evaluar los efectos físicos prolongados de la mamografía después de una semana.

Un total de 200 mujeres participaron en el estudio, divididas en 2 grupos, 100 pacientes con 1) antecedentes familiares de cáncer de mama (FH) y 100 pacientes con 2) cirugía conservadora por cáncer de mama (FU). Se les realizó una mamografía digital bilateral estándar, todas tenían una mamografía previa en el mismo hospital, utilizando el mismo equipo y realizada por el mismo técnico.

Se usó la escala Wong-Baker faces para calificar el dolor percibido de las participantes antes de la compresión, en función de la memoria, inmediatamente después de la compresión y una semana después, mediante entrevista telefónica.

Las puntuaciones de la escala de dolor se clasificaron como bajas, moderadas y graves.

Aproximadamente la mitad de estas pacientes (46%) recordaron el dolor como moderado, 30% bajo, 16% severo y 8% sin dolor en su mamografía previa.

Para el dolor actual, 43% informaron dolor moderado, 36% bajo, 14% severo, 8% sin dolor. En el grupo de dolor prolongado (> 1 día) 80% pacientes no presentaron dolor, 10% moderado, 8% bajo y 2%  dolor intenso.

También se tuvo en cuenta una serie de parámetros de base que incluyeron la fuerza de compresión por ello se usó el mismo equipo y el mismo técnico que realizó la mamografía previa, el tamaño y densidad de la mama, el historial menstrual y cualquier circunstancia adversa después de la mamografía.

La fuerza de compresión se aplicó a criterio del técnico radiólogo sin superar los niveles máximos y teniendo en cuenta los datos registrados en la mamografía previa. Tanto en el dolor anterior como en el actual hubo una correlación negativa débil.

El tamaño más común dentro del estudio fue el tamaño E, usando un método para convertir la circunferencia del pecho en tamaño de la copa de un sujetador (desde la copa AA hasta la H), siendo la copa E el tamaño medio.

En términos de densidad mamaria, la mayoría de las pacientes eran BI-RADS B, la segunda categoría más alta era BI-RADS C (siendo la categoría A la menos densa y la D la más densa).

Los resultados de la puntuación para la densidad y el tamaño también indicaron una correlación débil.

Los datos del estudio entre mujeres pre y posmenopáusicas no demostraron diferencias estadísticamente significativas. Si bien se encontraron similitudes entre los dos grupos (FH y FU) en términos de dolor experimentado, hubo diferencias en la distribución por edad y el estado de la menopausia.

En cuanto a sucesos posteriores hubo un 39% de las pacientes que tenían enrojecimiento visible de la piel, un 5% informaron de hematomas en la mama, un 2% experimentaron desgarro en la piel y un 3% registraron dolor que podría estar relacionado con el posicionamiento.

Los datos de este estudio sugieren que las pacientes con FU pueden ser más susceptibles al dolor relacionado con la mamografía a causa de los cambios posquirúrgicos.

El dolor se redujo entre las mamografías anteriores y las actuales y se observó que el tipo de paciente influía en la puntuación de dolor relacionada con el nivel de ansiedad con respecto a los resultados. Es probable que conocer de antemano la puntuación del dolor inicial (memoria) puede ayudar al técnico a dedicar un apoyo especial a la paciente.

Los hallazgos del estudio indicaron que no se encontró que la compresión esté relacionada con el dolor. Sin embargo, en un estudio más reciente, se encontró que el dolor estaba fuertemente correlacionado con la compresión.

Estudios recientes han evaluado el área de contacto de la mama en lugar del tamaño reconociendo que es la presión o la fuerza por unidad de área la clave para la intolerancia a la compresión.

En conclusión, este estudio demuestra una fuerte correlación entre la experiencia previa de dolor del paciente y la puntuación actual. Un pequeño porcentaje de pacientes experimentó alguna marca y/o hematomas en la piel y debería ser informado de antemano sobre estos riesgos y una pequeña cantidad de pacientes informó dolor prolongado y podría beneficiarse de un apoyo adicional.

Valoración personal: valoro positivamente la referencia a otros estudios similares en los que hay discordancia en los resultados. Una de las limitaciones de este estudio y que ellos mismos reconocen es el de no considerarse el número específico de mamografías previas. 

Me han sorprendido los resultados de este estudio en cuanto a la escasa correlación entre la compresión y el dolor, en mi opinión, según observo en la práctica diaria, la correlación debería ser más alta.

 

 

Cecilia Aynes Suárez

Parc Taulí Hospital  Universitari  (Sabadell), TSIDMN

 caynes@tauli.cat

@CAynes4