Declaración y consideraciones para la protección de pacientes y laboratorios de ecocardiografía durante la pandemia de Coronavirus 2019

18/05/2020

Artículo original: Kirkpatrick JN, Mitchell C, Taub C, Kort S, Hung J, Swaminathan M, ASE Statement on Protection of Patients and Echocardiography Service Providers During the 2019 Novel Coronavirus Outbreak.  JASE Jn Am Soc Echocardio. 2020; 33: 259-408.

 DOI: https://doi.org/10.1016/j.echo.2020.04.001

 Sociedad: American Society of Echocardiography, @ASE360.

Palabras clave: Coronavirus 2019 outbreak, Transthoracic echocardiography, Transesophageal echocardiography, Personal Protective Equipment, Protocols, Protection, health care givers, sonographers, POCUS, Appropriate Use Criteria.

Abreviaturas y acrónimos utilizados: Covid-19 (SARS-CoV-2), ETT (ecocardograma transtorácico), ETE (ecocardiograma transesofágico), PPE (Personal Protective Equipment), AUC (Appropriate Use Criteria), POCUS (Point of Care Ultrasound).

Línea editorial del número:

Esta prestigiosa revista norteamericana de carácter internacional pertenece a la ASE (American Society of Echocardiography), institución considerada como una de las más importantes en el ámbito de ecocardiografía en todo el mundo. La mayoría de guías, protocolos, consensos y recomendaciones para la ejecución de esta técnica de imagen cardiaca por ultrasonidos son investigadas, realizadas y publicadas por esta entidad. A parte de su función investigadora, apoya y promueve la formación de nuevos ecocardiografistas, a su vez acreditando a profesionales y laboratorios en esta disciplina y sus diferentes modalidades. Documentos adicionales han sido publicados por The British Society of Echocardiography, The Societa Italiana di Ecocardiografia e Cardiovascular Imaging y The European Association of Cardiovascular Imaging, todas ellas con el mismo objetivo de afrontar la pandemia por COVID-19 de la manera más acertada por parte de los servicios de cardiologia e imagen cardiaca. Entre los artículos publicados en éste volumen quiero destacar el relacionado con el POCUS (Point of Care Ultrasound), protocolo de adquisición de imágenes recomendado en pacientes con sospecha o diagnóstico confirmado de COVID-19 cuya importancia radica en disminuir el tiempo de exposición de los ecocardiografistas evitando esparcir el virus.

Motivo para la selección:

Ha sido muy importante para mi debido a que antes de que éstas guías y recomendaciones fueran publicadas, ya en mi laboratorio de imagen cardiaca habíamos empezado a aplicar medidas preventivas y de protección para hacer frente a la pandemia por COVID-19.  Su significado se ha hecho más fuerte porque ha probado mi capacidad de adaptación y reinvención a nivel laboral y profesional, ha conseguido que use mi ingenio ante la escasez de recursos para mantener la actividad en nuestro laboratorio de ecocardiografía para luchar día a día contra el nuevo virus sin descuidar los principios de prevención, protección y cuidado de nosotros mismos como profesionales, la de nuestros pacientes y la población vulnerable.

Resumen:

El nuevo coronavirus o síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) que da como resultado al COVID-19 ha sido declarado pandemia el pasado 11 de marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El objetivo de esta revisión es enseñar el impacto generado en los laboratorios de ecocardiografía y de cómo han sido afectados dramáticamente en la prestación de sus servicios a la población de pacientes ingresados y ambulantes, así como en el personal de ecocardiografistas y demás profesionales del área sanitaria en todo el mundo. El personal sanitario han sido considerados de alto riesgo de contagio debido a la facilidad de diseminación del virus, sobretodo en aquellos en los que al realizar una técnica diagnóstica como es el caso de la ecocardiografía no pueden evitar el contacto directo con el paciente ni mantener una distancia adecuada. Dado el riesgo de complicaciones cardiovasculares en personas infectadas por el COVID-19, incluidas aquellas con patología cardiovascular previa, traumas cardiacos agudos y daño miocárdico relacionado con medicamentos, la ecocardiografía es requerida como una técnica diagnóstica relevante en el cuidado de pacientes infectados o con sospecha de COVID-19 y en consecuencia los profesionales que realizan los ecocardiogramas estarán seriamente expuestos al virus.

Los ecocardiografistas, así como el resto de los profesionales sanitarios, tenemos el deber de cuidar de los pacientes sin olvidar que estamos en primera línea de batalla contra ésta nueva enfermedad. Mientras la dedicación de todo nuestro esfuerzo en el cuidado de los pacientes es el corazón de nuestra profesión, debemos también cuidar de nosotros mismos y nuestros seres queridos, así como proteger y protegernos de nuestros pacientes como medida preventiva evitando diseminar en lo posible al COVID-19.  Todo esto significa reducir al máximo nuestro propio riesgo utilizando el adecuado equipo de protección individual (EPI).

Este documento pretende servir como guía y orientación para todos aquellos profesionales y laboratorios de ecocardiografía en la práctica diaria para afrontar este nuevo reto, del mismo modo aborda la clasificación o triaje, selección y toma de decisiones frente al manejo de las peticiones ecocardiográficas, su indicación, realización y medidas recomendadas para una correcta valoración de la función cardiovascular entre los pacientes sospechosos o COVID-19+.  Adicional  se proporciona una lista de medidas para ser usadas en los laboratorios de imagen cardiaca para la prevención de contagios por COVID-19.

A continuación se presentan los tres principios fundamentales o puntos clave de ésta guía:

  1.     ¿A quién realizar el ecocardiograma ?

La ecocardiografía transtorácica, transesofágica y de estrés farmacológico o ejercicio deben ser realizadas solo si aportan información importante de cara al manejo de los pacientes y por consiguiente un beneficio clínico, de lo contrario deberán ser reprogramadas, pospuestas o incluso rechazadas. De aquí la importancia de revisar minuciosamente las peticiones de ecocardiogramas que llegan a nuestro laboratorio para evitar una exposición innecesaria del personal que realizará dichos ecocardiogramas. Hay dos maneras recomendadas para identificar estos estudios:

  1. Determinar cuáles estudios son electivos y reprogramarlos, realizamos el resto.
  2. Identificar no electivos (urgentes/emergentes) para hacerlos y aplazamos los que no.

Es muy importante determinar el beneficio clínico que aporta una ecocardiografía en los pacientes sintomáticos cuyo estatus COVID-19 (+) o (-) es desconocido. Conocer el estatus de los pacientes permite la apropiada utilización de los equipos de protección individual (EPI) por parte del personal y su conservación u optimización, si no fuera necesario. Adicionalmente, reducir la exposición de los ecocardiografistas ante el virus. Todo lo anterior se basa también en el principio de criterio apropiado de uso o  AUC.

Durante la realización de un ETE es necesario tomar precauciones especiales por su alto riesgo de contagio y diseminación del virus, debido a que el paciente puede toser, tener náuseas, estornudar e incluso vomitar, esparciendo una gran cantidad de partículas y gotículas infectadas. Dependiendo de la trayectoria de la crisis sanitaria debido a la pandemia actual, muchas instituciones deberán hacer frente a este reto con un reducido número de personal, así como de recursos, equipos y suministros médicos hospitalarios. Un triaje correcto para la indicación es necesario. Clasificar y realizar los estudios en orden de prioridad es muy importante. Priorizar debe aplicarse previa evaluación caso a caso.

  1.   ¿ Dónde realizar el ecocardiograma?

La portabilidad de la ecocardiografía permite una clara ventaja en la obtención de imágenes sin necesidad de que el paciente se desplace desde su habitación hasta el laboratorio de ecocardiografía contribuyendo a prevenir la diseminación del virus por todo el hospital. Todas las modalidades de esta técnica de ultrasonido pueden realizarse en los diferentes escenarios hospitalarios donde sea requerida (unidades de hospitalización, electrofisiología, hemodinámica, urgencias, unidad coronaria o agudos, unidades de cuidados intensivos, quirófanos, salas de reanimación y recuperación como recurso adicional al laboratorio de ecocardiografía). Identificar la localización óptima o escenario donde se realizará el estudio tiene como objetivo minimizar el riesgo de transmisión, pero a su vez la capacidad de monitorización y dotación de personal. Los pacientes COVID-19 con diagnóstico confirmado están en habitaciones bajo medidas de aislamiento, realizar el ecocardiograma en dicho escenario previene a gran escala esparcir el virus, evitando el tránsito por otras áreas del hospital. En los pacientes ambulatorios que durante la pandemia deban venir a realizarse un ecocardiograma, se recomienda practicar el screening para detectar la infección, además de usar diferentes máquinas y salas de acuerdo al riesgo, protocolos y métodos locales de cuarentena.

  1.     ¿Cómo realizar el ecocardiograma? - Protocolo de adquisición.

La imagen cardiaca es realizada por una gran variedad de operadores, amplia variedad de máquinas y de protocolos según la clínica del paciente y patología a estudiar. El POCUS es un protocolo corto que está muy recomendado durante la pandemia debido a que disminuye el tiempo de exposición de los operadores a parte de que puede aportar la información necesaria sobre la situación actual del paciente y a pie de cama, por ello todos los estudios ETT y ETE deben en lo posible realizarse con protocolos más cortos, ajustados y dirigidos al motivo relevante de petición para disminuir como se ha dicho antes el tiempo de exposición del personal y el riesgo de contraer la infección por COVID-19, cabe recordar que ante nuevos hallazgos durante su realización, las imágenes necesarias deberán ser tomadas ya que puede tratarse de información muy importante de cara al manejo de los pacientes. Todas estas técnicas resultan muy atractivas al poder realizarse a pie de cama haciendo screening de posibles hallazgos cardiovasculares e identificar disfunción ventricular de manera temprana durante la infección por COVID-19, sin exponer a otros y utilizando los recursos necesarios. Durante la realización de los ecocardiogramas debe ponerse todo el empeño y concentración para obtener toda la información diagnóstica tanto útil como completa para poder valorar y manejar de manera acertada a estos pacientes, evitando devolverse a realizar imágenes adicionales, situación que aumentaría nuestro riesgo de contagio y diseminación del virus.

Como conclusión el artículo hace referencia a que el funcionamiento de los laboratorios de ecocardiografía se mantiene como una herramienta esencial en estos tiempos complicados de la pandemia por COVID-19. El trabajo en equipo es fundamental para seguir ofreciendo un servicio de alta calidad y eficiencia basado en la minimización de los riesgos para nosotros mismos, nuestros pacientes y toda la población en general que se beneficia de nuestra técnica diagnóstica.  Intentar aplicar en lo posible los tres principios en los que se basa este documento, tales como, a quién, cómo y dónde realizar los protocolos, puede ser esencial, además de una forma adaptable a los servicios de imagen cardiaca no invasiva para hacer frente a la crisis del COVID-19.

 

Valoración personal del artículo:

Es un artículo muy útil debido a su descripción y recomendaciones prácticas de fácil aplicación a cualquier laboratorio de imagen cardiaca o ecocardiografía. El plantear los pasos a seguir para priorizar, optimizar, cuidar y proteger recursos, personal y pacientes es bastante acertado desde el punto de vista científico y de la evidencia. Todo esto con el único objetivo de una lucha eficaz contra la propagación del COVID-19.

Además del impacto generado ya por la pandemia, esta guía nos orienta hacia cómo plantearnos un nuevo estilo de trabajo basado en la prevención y protección de la salud de toda la población y de nosotros como personal sanitario en primera línea de actuación. Lo anterior además de una valoración personal engloba los puntos fuertes de éste artículo como bases fundamentales en nuestros sitios de trabajo, por supuesto la experiencia y el impacto generado en cada institución u hospital en el que trabajamos ha sido diferente, obligando a reinventar y adaptar nuestros laboratorios de ecocardiografía a cada situación desde el comienzo del estado de pandemia, actualmente y de cara al futuro. El punto débil de este número es el haber tenido poco en cuenta las alternativas de protección de cara a mantener la actividad de un laboratorio de imagen cardiaca ante la escasez de material y equipos sanitarios necesarios en la lucha contra el COVID-19.

 

Juan Felipe Ortega Restrepo

TSID y MN, Técnico Ecocardiografista Hospital Universitario 12 de Octubre, Madrid-España.

Juanchomad1231@gmail.com